Lo escuché el 14 de Shevat
En el versículo que dice “Zamrú[1] (cantar/podar) al Señor, pues Él ha hecho el orgullo”, pareciera que “podar” fuese como “mi fuerza y poda”. Esto significa que debemos siempre podar y cortar las espinas de la viña del Señor. E incluso cuando uno se siente pleno, y cree que ya ha removido las espinas, el versículo termina diciendo: “pues Él ha hecho el orgullo”.
Esto significa que aparentemente, Él es quien ha hecho el orgullo en este mundo, por el cual el hombre gusta de verse leal y sincero a sus propios ojos. Y cuando uno se siente a sí mismo que ya ha removido las espinas y que ya es un hombre pleno, esto es cierto tipo de orgullo. En cambio, uno debe siempre que hurgar en sus acciones, y chequearlas mediante diez tipos diferentes de exámenes; y no confiarse de su sensación temporal, pues esta solamente proviene de cierto orgullo.
Así lo declara el versículo en nombre de los justos: “perezosos, ustedes son perezosos; por eso ustedes dicen: ‘Vayamos y sacrifiquémonos ante el Señor nuestro Dios”.
Quiere decir que Él le dijo a los hijos de Israel: “cuando ustedes dicen ‘Vayamos y sacrifiquémonos ante el Señor’, y se sienten ya dispuestos a ir y sacrificarse en el altar ante el Señor, esto representa un estado de ociosidad y debilidad según el cual ya no desean seguir trabajando y examinándose constantemente con miras de prepararse para esta gran labor. Por eso creen que se encuentran perfectamente bien en este estado de servidumbre, según lo cual dice al final del versículo: ‘pues Él ha creado el orgullo’”.