Lo escuché
“Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto; y los hijos de Israel gemían a causa del trabajo, y clamaron, y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y Dios oyó su gemido” (Éxodo 2:23-24). Quiere decir que sufrieron tanto que no pudieron soportarlo más. Y tanto rogaron con su plegaria, que “su llanto ascendió hasta Dios”.
Pero podemos ver que estaban diciendo lo siguiente: “Ojalá hubiéramos... cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos”. Y también dijeron: “Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los zapallitos, de las sandías, los puerros, las cebollas y los ajos”.
El hecho es que realmente estaban a favor del trabajo en Egipto. El versículo que dice “se mezclaron con las naciones y aprendieron sus costumbres” y esto se refiere a que si Israel se encuentra bajo el dominio de alguna nación, esta nación la domina y no puede liberarse de su dominio. De este modo, probaron suficiente sabor en ese trabajo y no podían ser redimidos.
¿Qué hizo el Creador? “El rey de Egipto murió”; esto implica que perdieron esta servidumbre. Así, ya no pudieron trabajar más; comprendieron que si no hay perfección de Mojin, la servidumbre también está incompleta. Por ende, “y los hijos de Israel gemían por causa del trabajo”. Es decir que no les bastaba con el trabajo, que no recibían vitalidad del trabajo.
La frase “el rey de Egipto murió” quiere decir que todas las dominaciones del rey de Egipto, que este nutriéndolos mantenía y nutría, murieron. Por eso es que no tenían lugar para rezar. E inmediatamente fueron salvados. Y luego, cuando caminaron en el desierto y llegaron a un estado de pequeñez, ansiaron el estado de servidumbre que habían tenido antes de la muerte del rey de Egipto.