Lo principal es el esfuerzo
Querido hijo mío, Baruj Shalom,
He recibido tu carta y te felicito por tu Smijá (ordenación rabínica) que has obtenido. Esta fue la primera pared que bloqueaba tu camino para seguir adelante. Espero que a partir de este día empieces a tener éxito y vayas de fuerza en fuerza, hasta que llegues dentro del Palacio del Rey
Hubiese querido que logres otra Smijá, pero estimúlate a ti mismo desde este día para invertir la mayor parte de tu tiempo en la preparación de tu cuerpo, a fin de mostrar fuerza y coraje “como un buey para sacrificio y como un burro de carga” para no perder incluso ni un solo momento.
Y si preguntares ¿Dónde está esta preparación? Te diré que, antiguamente era necesario atravesar por terribles auto-tormentos a fin de obtener todas las siete enseñanzas seculares antes de alcanzar al Creador, y a pesar de eso no muchos fueron recompensados con el favor del Creador. Sin embargo, desde que fuimos recompensados con las enseñanzas del ARI y el trabajo del Baal Shem Tov, Él se encuentra verdaderamente al alcance de cada uno, sin necesidad de mayor preparación.
Por eso deberías apoyarte en ellos, y en mí, ya que por la piedad de Dios he alcanzado misericordia delante de Sus ojos, y los he recibido con mis dos manos y, los supe cercanos a mí como la cercanía de un padre con su hijo. Seguramente te los pasaré a ti cuando te hagas acreedor para recibirlos Pe al Pe (boca a boca).
Y lo más importante es el esfuerzo; es decir, anhelar el cómo esforzarse en Su trabajo. Esto es porque el trabajo ordinario no cuenta en lo absoluto, solamente las partes que están más allá de lo ordinario, las cuales son llamadas “esfuerzo”. Semejante a una persona que necesita una libra de pan para saciarse, entonces toda su comida no es considerada el alimento en el cual tiene saciedad, excepto por la ultima parte de la libra. Ya que esa parte con toda su pequeñez, hace al alimento satisfactorio. Y así, de todos y cada uno de los trabajos, el Creador extrae solamente a los que están más allá de lo ordinario, aquellos que serán Otiot (letras) y Kelim (vasijas) para la recepción de la Luz de Su rostro.