¿A qué grado necesita llegar el hombre?
Pregunta: ¿A qué grado necesita llegar el hombre para que no tenga que reencarnarse una segunda vez?
Está escrito en el libro Shaar HaGilgulim (El portal de las transmigraciones) que: "Todos los hijos de Israel están obligados a reencarnarse hasta que sean completados con todo el NaRaNJaY. Sin embargo, la mayoría de los seres humanos no tiene todas las cinco partes llamadas NaRaNJaY, sino solamente Néfesh (lit. alma), la cual es de Asiyá".
Se infiere de aquí, que cada persona necesita corregir solamente su parte y la raíz de su alma y, no más. Y con eso habrá completado el aspecto que necesita corregir.
El asunto es que nosotros debemos saber que todas las almas se desprenden del alma de Adam HaRishón, (El Primer Hombre). Ya que luego de haber pecado con el pecado del árbol del conocimiento, el alma del Adam HaRishón fue fragmentada en seiscientas mil almas. Esto quiere decir que la única Luz que el Adam HaRishón tuvo en el Gan Éden (Jardín del Deleite), al cual el Zohar llama "Zehirá Ilaá” (Luz Superior), se fragmentó ahora en múltiples partes.
En el libro "Panim Masbirot" (pág. 56), Baal HaSulam escribe: "Después de haber sido mezclado lo bueno y lo malo (es decir, después del pecado), se formó una gran estructura de Klipot que tenían el poder de aferrarse a la Kedushá. Y a fin de tener cuidado de ellas, la Luz de los siete días de la Creación fue dividida en partículas muy pequeñas, de tal manera que las Klipot no pudiesen succionarlas por causa de su pequeñez.
Esto es semejante a la parábola del rey que quiso enviar una gran suma de dinares de oro a su hijo que vivía en una ciudad costera. Donde todos los habitantes de dicha ciudad eran ladrones y embusteros, y al no disponer de un emisario leal. ¿Qué es lo que hizo? Fue y cambió los dinares en centavos y los envió por medio de un gran número de emisarios, de tal manera que no sea conveniente para ellos disfrutar del perjuicio del robo, tal que se corrompan con él, deshonrando a la majestad.
En esta forma, de orden de tiempo en muchas almas, es posible por medio de la iluminación de los días, esclarecer todas las chispas sagradas que fueron arrebatadas por las Klipot por causa del pecado del árbol del conocimiento.
Y el secreto de las “grandes almas” se encuentra en el aspecto de la particularidad de las luces internas, y el aspecto de los “muchos días” está en la particularidad del aspecto de las luces externas. Y cada uno de los centavos se acumulan en la cuenta de la gran Luz con que pecó el Adam HaRishón; y entonces será el fin de la corrección.
Lo que se obtiene de esto, es que cada uno nace con tan sólo una pequeña parte del alma de Adam HaRishón. Y cuando se corrige dicha parte, ya no es necesario reencarnarse nuevamente. Por eso, una persona no puede corregir solamente aquello que pertenece a su parte. Sobre esto se encuentra escrito en “El Árbol de la Vida” de HaArí ZaL que: "No hay un día que sea parecido a otro, o un momento parecido a otro, y no hay una persona que sea parecida a otra, y la Jelboná (parte del sagrado incienso) corregirá lo que la Levoná, (otra parte del sagrado incienso) no podrá. Sin embargo, cada uno necesita corregir su parte correspondiente”.
Solamente que debemos saber, que cada persona que nace tiene un trabajo de elección, puesto que no hay quien nazca siendo un justo. Tal como dijeron nuestros sabios en (Nidá 16b): “Rabí Janina Bar Papa dijo: ’El ángel encargado de la concepción, cuyo nombre es Laila (noche), toma una gota y la trae delante del Creador, diciéndole: De esta gota, ¿qué se hará de ella? ¿Será un héroe o un débil, un sabio o un tonto, un rico o un pobre? Pero él no pregunta: ¿Será justo o malvado?”.
Es así que de aquí se infiere, que no hay quien nazca siendo justo, puesto que no preguntó: “¿Será justo o malvado?” Sin embargo esto queda a elección del hombre, cada uno de acuerdo a su esfuerzo en la Torá y Mitzvot. De esta manera uno se hace digno de purificar su corazón y corregir el aspecto que le fue impuesto de acuerdo a la raíz de su alma, siendo entonces él completado.