¿Cuál observación de la Torá y las Mitzvot purifica el corazón?
Pregunta: ¿Si se observa la Torá y las Mitzvot con el fin de recibir recompensa, también esto purifica el corazón? Nuestros sabios dijeron “Creé la inclinación al mal, creé la Torá como condimento”. Esto significa que ella purifica al corazón. ¿Esto es precisamente así, cuando uno intenta observar la Torá y los Mitzvot con el fin de recibir recompensa, ó también purifica al corazón si uno trabaja con el fin de recibir recompensa?
Respuesta: En la “Introducción al Libro del Zohar” (Item 44), está escrito, “Cuando una persona comienza a ocuparse en la Torá y Mitzvot, incluso sin ninguna intención; es decir, sin amor ni miedo, como corresponde cuando se sirve al Rey, aunque sea en Lo Lishmá (no para Su Nombre), entonces el punto en su corazón comienza a crecer y a mostrar actividad. Puesto que una Mitzvá no requiere intención, a pesar de que las acciones sin intención son capaces de purificar su voluntad para recibir, solamente en la magnitud del primer grado en el cual ella se encuentra, el cual es denominado como “Inanimado”. Y en la medida en que purifica la parte del inanimado del deseo de recibir; en esa misma medida, la persona construye los 613 órganos del punto en el corazón, el cual es el inanimado de Néfesh de Kedushá (santidad)”. Por consiguiente, vemos que también al haber cumplido con Torá y Mitzvot aunque sea en Lo Lishmá, también así purifica el corazón.
Pregunta: ¿El camino de la observancia de la Torá y Mitzvot que no es con el fin de recibir una recompensa, está destinado para unos cuantos elegidos solamente, o les fue dada la posibilidad prácticamente a todos para que puedan ir por este camino; es decir, por el camino de la observancia de todo con el fin de no recibir una recompensa, tal que por medio de esto serán recompensados con Devekut (adhesión) con el Creador?
Respuesta: A pesar de que el deseo de recibir para uno mismo surgió y estuvo en el Pensamiento de la Creación, solamente por medio de esto es que se dio la corrección, puesto que las almas lo corregirán con el fin de otorgar; es decir, que es por medio de la observancia de Torá y Mitzvot, que nuestro deseo de recibir será cambiado en deseo de otorgar. Y esto les fue dado prácticamente a todos, sin excepción, ya que a todos les ha sido dado este remedio y, no precisamente a unos cuantos elegidos.
Sin embargo, por el hecho de que esto es una cuestión de elección, hay quienes avanzan más rápidamente y, otros más lentamente. Pero como está escrito en la “Introducción al Libro del Zohar” (Ítems 13 y 14): “No obstante, al fin de cuentas, todos llegarán a la perfección completa, como está escrito, ‘Porque no será alejado de Él’”.
De todos modos, cuando comenzamos a aprender la observancia de la Torá y Mitzvot, empezamos en Lo Lishmá. Por causa de que la persona ha sido creada con el deseo de recibir; por consiguiente, ella no entiende nada mientras esto no le traiga un beneficio propio, y es así que nunca querrá comenzar a observar la Torá y Mitzvot.
Tal como dijo RaMBaM en (Hiljot Tshuvá, Cap. 10): “los Sabios dijeron: Una persona siempre debería ocuparse en la Torá, aunque sea en Lo Lishmá, ya que de Lo Lishmá llega a Lishmá. Por lo tanto, cuando se les enseñe a niños y mujeres y, más que nada a los de mi pueblo, no se les enseñará a trabajar sino solamente por temor y, para recibir recompensa. Hasta que incrementen su conocimiento y adquieran más sabiduría, a fin de que revelen este secreto paulatinamente. Acostumbrándolos a esto con satisfacción, hasta que Lo alcancen y Le sirvan con amor”. De este modo, vemos de las palabras de RaMBaM, que todos necesitamos alcanzar Lishmá, excepto que la diferencia está en el tiempo.
Pregunta: Si una persona ve y siente que está yendo por el camino que conduce a Lishmá, ¿Debe tratar de influenciar también a otro para que él también suba por el camino correcto, o no?
Respuesta: Esta es una cuestión general. Es como si una persona religiosa examinara a una persona secular. Si por sí misma sabe que puede reformarlo; entonces, ella debe impulsarlo a reformarse, por causa de la Mitzvá que dice, “le harás caer en cuenta a tu compañero”. Del mismo modo, aquí es posible decir también, que le conviene comunicarle a su amigo, respecto a que tiene que ir por el camino más correcto, siempre y cuando su intención sea sólo por motivo de la Mitzvá que se mencionó anteriormente. Pero hay muchas veces en las que una persona reprende a otra, solamente con el fin de dominarle y, no por motivo de la Mitzvá de, “le harás caer en cuenta a tu compañero”
En conclusión, respecto a lo que se ha expuesto arriba, todo aquel que desea que otro vaya por el camino de la verdad, causa divisiones entre los ortodoxos y los seculares, así como entre Litaim[1] y Jassidim, al igual que entre los mismos Jassidim. Puesto que cada uno piensa que está en lo cierto y, por eso cada uno quiere persuadir al otro para que vaya por el camino correcto.
[1] Fracción del judaísmo ortodoxo que comenzó con el Gaón de Vilna (GRA) en Vilna, Lituania