¿Si yo no soy por mí, quién por mi?
Ya he dicho en nombre del Baal Shem Tov, que previo a realizar una Mitzvá, no hay que pensar en la Providencia Privada para nada. Sino al contrario, la persona debe decir, “¿Si yo no soy por mí, quién por mí?” Pero luego del hecho, la persona está obligada a cuestionarse para creer por sí misma, que no es de su fuerza ni por el vigor de su mano que hizo esta Mitzvá, sino solamente por el poder del Creador, quien lo pensó para ella de antemano, y es así que fue obligada a hacerlo.
De la misma manera es el orden de los asuntos mundanos, porque espiritualidad y corporalidad son iguales. Por eso, antes de que la persona salga a trabajar para ganar su sustento diario, debe quitar sus pensamientos de la Providencia Privada para entonces decir, “Si yo no soy por mí, quién por mi”, a fin de hacer todo lo que corresponde a la corporalidad para que pueda ganar su sustento tal como lo hacen los demás.
Sin embargo por la tarde, cuando la persona llega a casa con su ganancia, no debe pensar que fueron sus propios medios los que le produjeron este beneficio. Ya que incluso si hubiera estado recostada en el sótano todo el día, también habría obtenido su recompensa en su mano, ya que así es como el Creador pensó para ella de antemano, y así es como debe ser.
Y a pesar de que estas cosas puedan sonar contradictorias en una mente superficial, no siendo aceptadas en el corazón, de todas maneras, la persona está obligada a creer de esta manera, ya que así es como el Creador escribió de ella en Su Torá por boca de los escribas y de los libros.
Este es el secreto de la unificación de “HaVaYaH-Elokim”, puesto que el secreto de HaVaYaH es el secreto de la Providencia Privada, donde el Creador hace todo, sin que tenga la necesidad de que los habitantes de las casas de barro Lo ayuden. Y Elokim (Dios) que en Guemátria equivale a “La Naturaleza”. Ya que la persona que se comporta de acuerdo a la naturaleza que se encuentra inmersa en los sistemas de los cielos y la tierra corpóreos, cuida sus leyes como el resto de los demás corpóreos, y junto con esto se encuentra que cree en el nombre de HaVaYaH; es decir, en la Providencia Privada, de la cual se puede notar que los une uno tras otro, habiéndolos vuelto uno en Su mano, produciendo con esto un gran contentamiento a su Hacedor, trayendo iluminación a todos los mundos.
Este es el significado de los tres discernimientos: Mitzvá (precepto), trasgresión y, permiso.
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Mitzvá - Es el lugar de santidad
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Trasgresión - Es el lugar del Sitra Ajra
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Permiso - Cuando no es ni Mitzvá ni trasgresión. Este es el campo de batalla sobre el cual la santidad y el Sitra Ajara luchan.
Cuando la persona hace cosas que están permitidas, pero no las asocia con la autoridad de Kedushá (santidad), entonces el lugar entero cae bajo el dominio del Sitra Ajra. Y cuando se esfuerza para ejecutarlas en relación a la autoridad, integrándolas según su fuerza; entonces, vuelve el permiso al margen de la Kedushá.
Y con esto he explicado lo que nuestros sabios dijeron, “Es por esto que se le ha dado permiso al médico para sanar”. Lo cual significa, que a pesar de que la sanidad esta indudablemente en las manos del Creador, la actividad humana no Lo moverá de Su lugar, de todas maneras la sagrada Torá nos anunció diciendo: “y el médico sanará”, informándote que esto es un permiso, el cual es el campo de batalla entre Mitzvá y trasgresión.
Es así que de nuestra parte estamos obligados a conquistar este permiso mediante la Kedushá. ¿Y cómo es esto conquistado? Solamente cuando una persona va a donde un medico experto, y dicho médico le da una medicina precisa, la cual ha sido certeramente probada mil veces. Y luego de haberse hecho merecedora de recibir la sanidad; entonces, está obligada a creer que aun sin el médico, hubiese sido el Creador quien la hubiera sanado, pues la medida de su vida ha sido predeterminada. Y en lugar de cantar las alabanzas al médico humano, la persona debe agradecer y alabar al Creador, con lo cual conquista el permiso situándolo dentro del dominio de Kedushá.
Y es similar con el resto de asuntos del “permiso”. Y con esto va y expande los límites de Kedushá de tal manera que incrementa la Kedushá en toda su medida. Y de repente, se ve a sí misma establecida y viviendo en todo su lugar en el Palacio Sagrado, pues tanto la Kedushá como sus límites han sido expandidos, hasta que llegan a su propio lugar.
Todo lo dicho ya se los he explicado varias veces, ya que este asunto es un obstáculo para algunas personas que no tienen una percepción clara de la Providencia Privada, puesto que “Un esclavo está cómodo sin responsabilidades”, y en lugar de trabajar, desea asegurarse más e, incluso desea más fervientemente anular las preguntas de su fe, a fin de adquirir pruebas incontrovertibles de que está por encima de la naturaleza. Es por eso que dichas personas son castigadas y su sangre está sobre sus cabezas, ya que desde el pecado de Adam HaRishón en adelante, el Creador proveyó una corrección para este pecado en el secreto de unificación de HaVaYaH-Elokim, tal como ya lo he explicado.
Y este es el significado de “con el sudor de tu frente comerás tu pan”. Siendo la naturaleza del hombre, que de aquello que alcanza a través de sus múltiples esfuerzos, se le hace muy difícil decir que se trata de un regalo del Creado. Es así pues que tiene un lugar para trabajar, para esforzarse con fe completa en la Providencia Privada, a fin de decidir que aun sin su trabajo habría obtenido todo eso. Con lo cual va y endulza esta trasgresión.