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262. El rezo de muchos

 

El rezo de muchos
Artículo N° 15, 1985-86

 


Está escrito en el sagrado Zóhar (Beshalaj, y en el Comentario Sulam, Artículo 11): “Y ella dijo, ‘Yo resido entre mi pueblo’. Él pregunta: ‘¿Qué significa eso?’ Y responde: ‘Cuando el Din ( Juicio) está presente en el mundo, uno no debe separarse jamás de la gente y estar solo, porque cuando el Juicio pende sobre el mundo, aquellos que se aislaron y son vistos solos, a pesar de que sean justos, son atrapados primero. Por lo tanto, uno nunca debe alejarse de la gente, porque la misericordia del Creador siempre se encuentra sobre toda las personas en su conjunto. Este es el motivo por el cual ella dijo: ‘Yo resido entre mi propia gente’, y no deseo separarme de ellos’”.


“Cuando el Juicio pende sobre el mundo” se refiere al deseo de recibir, que es el amor propio; Es la naturaleza en la cual los creados nacen, debido a Su deseo de hacer el bien a Sus creaciones. Y como hubo un deseo de adquirir la
equivalencia de forma para que no exista el pan de la vergüenza, se dictó la sentencia (Din) de que está prohibido usar las vasijas de recepción, excepto cuando la persona sabe que puede tener el propósito de recibir con el objetivo
de otorgar. Solo entonces se le permite usar las vasijas de recepción.
De acuerdo a lo dicho, el significado de “Cuando el Juicio pende sobre el mundo” es que cuando todo el mundo está inmerso en el amor propio, en ese momento hay oscuridad en el mundo, porque no hay lugar para que Luz sea atraída hacia abajo, a los creados, debido a la disparidad de forma entre la Luz y los creados que reciben la Luz. La sentencia fue dictada debido a esta disparidad de forma, es decir, que la abundancia Superior no les será otorgada.


Por lo tanto, cuando una persona se despierta y desea que el Creador la acerque a Él, es decir, que le dé vasijas de otorgamiento, lo cual se llama “acercar”, la persona le pide a Él que le ayude. Pero es sabido que la ayuda que llega del Creador se llama “abundancia Superior” también denominada Neshamá (alma). Es como dice el sagrado Zóhar, que la ayuda recibida de arriba consiste en un alma sagrada. Por este motivo, cuando una persona llega a pedirle al Creador que la acerque a Él, pero está sola, eso significa que la persona entiende que el Creador la debe acercar personalmente. Pero, ¿qué le hace pensar que la gente puede permanecer en su estado actual y solamente con ella, el Creador debe comportarse de manera distinta? Esto sucede porque la persona entiende que tiene méritos que los demás no tienen. Y a pesar de que estos son individuos que no pertenecen al colectivo, porque entienden que merecen acercarse al Creador más que otros, y se consideran justos, éstos son atrapados primero. En otras palabras, el Juicio, que es la recepción para sí mismo, pende sobre ellos más que en todos los demás, y ellos se vuelven peores que los demás, en las cualidades del amor propio.


Esto es así porque la persona piensa que merece más que otros. En otras palabras, es suficiente que los demás tengan lo que ya tienen, pero cuando se considera a sí misma, ella merece más que el resto de las personas. Este pensamiento es considerado, de hecho, como recepción, es decir, cien por ciento amor propio. Resulta que el amor propio comienza a desarrollarse en ella más que en otros. Por lo tanto, resulta que está trabajando constantemente en amor propio. Pero, a sus ojos, la persona tiene la impresión de que es justa, ya que desea trabajar como otorgante. Él se dice a sí mismo que su petición al Creador de que lo acerque a Él es justa, porque, ¿qué está pidiendo? Que el Creador le dé fuerzas para observar la Torá y las Mitzvot con la intención de otorgar y, ¿qué falta podría haber ahí, en desear servir al Rey? Con ello podemos interpretar las palabras del sagrado Zóhar, que aconseja a las personas que tienen una demanda interna, que no pueden aceptar el estado en que se encuentran porque no ven ningún progreso en el trabajo del Creador, y que creen lo que está escrito (Deuteronomio 30:20): “Para amar al Señor, tu Dios, para escuchar Su voz, y para adherirte a Él; porque esta es tu vida, y la extensión de tus días”. Ellos ven que les falta amor y Adhesión y no sienten la vida que hay en la Torá, ni saben cómo encontrar consejo para sus almas, para llegar a sentir en sus órganos lo que el texto nos dice. El consejo es pedir por todo el colectivo. En otras palabras, todo lo que uno siente que le falta y lo que pide para que su petición sea satisfecha, uno no debe decir que uno es la excepción, es decir, que merece más que todos. Por el contrario: “Yo resido entre mi pueblo”, es decir, estoy pidiendo para toda la colectividad, porque deseo llegar a un estado en el que no tendré absolutamente ninguna preocupación por mí mismo, sino sólo por causarle satisfacción al Creador. Por lo tanto, es lo mismo para mí si el Creador siente placer de mis acciones o si Él puede recibir placer de los demás.


En otras palabras, uno le pide al Creador que nos dé el entendimiento llamado “completamente para el Creador”. Significa que la persona estará segura de que no se está engañando a sí misma con que quiere otorgarle al Creador, y que tal vez, en realidad, está pensando solamente en su propio amor, es decir, en que sentirá placer y deleite.
Por lo tanto, la persona reza por la colectividad. Significa que si hay unas pocas personas en la colectividad que pueden alcanzar el objetivo de Adhesión con el Creador, y esto le causará mayor satisfacción al Señor de la que le causaría si él mismo fuera premiado con el acercamiento al  Hacedor, la persona renuncia a sí misma. Por el contrario, la persona desea que el Creador les ayude porque esto causará mayor satisfacción arriba que su propio trabajo. Por este motivo, la persona reza de forma colectiva, para que el Creador ayude a todos. Y también que le dé la sensación de recibir satisfacción al ser capaz de otorgarle al Creador, de causarle satisfacción.


Y como todo requiere de un despertar desde abajo, la persona otorga ese despertar desde abajo, y otros recibirán el despertar desde arriba – aquellos a quienes el Creador sabe que le resultarán más beneficiosos. Resulta que si uno tiene la fuerza para elevar tal plegaria, entonces ciertamente tendrá que enfrentarse a una verdadera prueba –si está de acuerdo con esa plegaria. Pero si sabe que lo que está diciendo son solo palabras vacías, ¿qué puede hacer cuando ve que el cuerpo está en desacuerdo, con la plegaria de otorgar sin ningún vestigio de recepción? Aquí sólo se le puede dar un famoso consejo –que le rece al Creador y que crea por encima de la razón que el Creador le puede ayudar, tanto a él como a toda la gente. Y él no debe impresionarse si ve que ya ha rezado muchas veces, pero su plegaria no ha sido respondida. Esto le conduce a uno a la desesperación, y el cuerpo se burla de uno y le dice: “Ya ves que no puedes hacer absolutamente nada, y es como si ahora estás completamente sin esperanza, ¿precisamente ahora estás pidiendo que el Creador te otorgue cosas que son inaceptables para las personas razonables?”.


Entonces, el cuerpo reclama: “Dime, ¿quién, entre la gente práctica y piadosa, desea que el Creador les dé algo que es completamente irracional?” Es más, tú puedes ver por ti mismo que no te fueron otorgadas cosas incluso menores que la estás pidiendo ahora, de que el Creador te ayude, y aun no has sido redimido, a pesar de que ya le pediste al Creador redención. Y ahora dices que quieres que el Creador te otorgue algo grandioso. Esto es ciertamente algo grandioso, porque no hay muchas plegarias en el mundo que pidan que el Creador les dé fuerza para hacer cosas por el bien de todos, es decir, que todo el público sea beneficiado con deleite y placer por medio de tu esfuerzo, y esto se llama “otorgamiento puro y limpio, sin ningún vestigio de amor propio”. “Y tú piensas que aunque tu plegaria por cosas pequeñas no fue otorgada, que no será así, por las cosas grandiosas e importantes, que ciertamente, son invaluables”. Por ejemplo, si decimos que vale la pena ir a cierta persona, quien tiene vajilla tan fina y preciosa, que tendrías que buscar por todo el mundo para encontrar tales objetos, ya que estos se encuentran solamente en manos de unos pocos elegidos en el mundo; y una persona de la clase media llega, quien apenas tiene la vajilla usual en su casa y, de pronto, se le ocurre que él también debería tratar de obtener aquellos objetos que se encuentran en manos de los pocos elegidos. Ciertamente, si alguien escuchara eso, se reiría de él. Lo mismo sucede con nosotros. Cuando una persona no es sabia, y se encuentra por debajo del promedio y, aun así, desea pedirle al Creador que le otorgue Kelim (vasijas) que se encuentran en manos de unos pocos elegidos en el mundo, aquí el propio cuerpo se burla de él.

Le dice: ¡Necio! ¿Cómo te atreves a pensar siquiera, en pedirle al Creador algo que ni las personas con vastos conocimientos tienen? ¿Cómo puedo darte fuerza para trabajar para tal necedad? Y aquí comienza el verdadero trabajo, ya que la labor del hombre en este mundo consiste en salir del dominio de la inclinación al mal, llamada “recibir con el fin de recibir”. Y desear que el Creador le ayude a caminar por la vía del otorgamiento puro y limpio, sin un vestigio de recepción para sí mismo. Resulta que su trabajo está realmente en contra de la inclinación al mal, siendo que no desea cederle ninguna posesión. Por el contrario, desea que desde ahora en adelante su trabajo no esté en el deseo de recibir. Es más, le pide al Creador que incluso lo que ha trabajado para ese deseo en el pasado, y fue registrado en el dominio de su deseo de recibir, sea transferido completamente en favor de la autoridad del Creador. Ahora resulta, que reza para que el Creador le dé fuerzas para arrepentirse. Es decir, para que el Creador le dé fuerzas para transferir todas las acciones que realizó por el deseo de recibir de vuelta al dominio del Creador −tanto las acciones del pasado como las del futuro. Es como Maimónides dice (Leyes de arrepentimiento, Capítulo 2): “El arrepentimiento también debe ser por el pasado”.


Él escribe: “¿Qué es el arrepentimiento? El arrepentimiento consiste en que el pecador abandone su pecado, lo saque de su mente, y que resuelva en su corazón no volver a cometerlo nunca, como está escrito: ‘Que el malvado deje sus costumbres’. Y él también debe arrepentirse por el pasado, como está escrito: ‘Ya que, después de volver, me arrepentí’ y Él, que conoce todos los misterios, testificará que la persona nunca retornará a ese pecado”. Ahora podemos entender la importancia del rezo de muchos, como está escrito: “Yo resido entre mi pueblo”. El sagrado Zóhar dice: “Uno jamás debe retirarse de la gente, porque la misericordia del Creador siempre está sobre todo el pueblo, en su conjunto”. Significa que si uno le pide al Creador que le dé vasijas de otorgamiento, como nuestros sabios dijeron: “Así como Él es misericordioso, tú también debes serlo”, uno debería rezar por toda la colectividad. Esto es así porque entonces es palpable que su objetivo es que el Creador le dé vasijas de otorgamiento puro, como está escrito: “La misericordia del Creador se encuentra siempre sobre todo el pueblo, en su conjunto”. Se sabe que desde arriba no se otorga la mitad de algo. Eso significa que cuando la abundancia llega de arriba hacia abajo, esta abundancia es para toda la colectividad.


Por este motivo, uno debe pedir para toda la gente, ya que cualquier abundancia que llega desde arriba, siempre llega para toda la gente. Por eso dice: “La misericordia del Creador siempre está sobre todo el pueblo”. Por lo tanto, esto tiene dos significados ya que, para tener otorgamiento puro, hubiera sido suficiente rezar solo por una persona además de para sí mismo. Pero aquí hay otra cuestión: una persona debe pedir algo completo, porque es una regla en la espiritualidad que lo que llega es algo completo, y todas las observaciones se dan solamente en los receptores. Por este motivo, uno debe pedir para toda la gente. Y como la abundancia llega a todo el público, y no hay Luz sin un Kli (vasija), es decir, que es imposible recibir satisfacción si no hay una carencia, donde la satisfacción pueda entrar, entonces la plegaria que la persona estaba realizando por el bien de la gente es respondida. Es como nuestros sabios dijeron (Baba Kama, 92): “Quien suplica misericordia para su amigo es respondido primero, ya que él necesita lo mismo”. Significa que a pesar de que la abundancia llega a la colectividad, a la colectividad le faltan las vasijas. En otras palabras, la abundancia que proviene de arriba es suficiente para toda la gente, pero sin Kelim –carencias para poder llenar, el público no obtiene la abundancia que llega desde arriba. Mientras que, quien tiene carencias, es respondido primero.

 

 

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